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sábado, 16 de enero de 2010

Resumen del libro de Romanos, parte 2

Capítulos del 6 al 10

         En esta porción de la carta, Pablo hace un fuerte llamado a alejarnos del pecado, mostrando cómo el pecado es echado fuera de nuestras vidas al momento de refugiarnos en Cristo, ya que el llevo todas nuestras cargar, y como lo dice el apóstol, junto con El, fueron cosificados todos nuestros pecados. Por lo tanto, ya no tenemos excusas para seguir viviendo de una forma pecaminosa; sino por el contrario, antes éramos esclavos del pecado, pero ahora pertenecemos a Dios, y como tal, debemos llevar nuestra vida conforme a su voluntad. En el capitulo 6 de este libro, se encuentra otro de los versículos mas predicados y citados por el cristianismo: el 23. Un versículo que nos recuerda que nuestra vieja vida, y la actitud pecaminosa que llevábamos nos conduciría a la muerte; pero en Cristo hemos sido librados de eso, y ahora tenemos la promesa de vida eterna.
            Pablo hace mucho énfasis en el tema del pecado en estos capítulos, y en cómo por la ley (para nosotros el conocimiento de la Palabra) mostraba el pecado que hay en nuestras vidas. Una vez conocedores de los mandamientos de Dios, no podemos seguir viviendo de la misma manera, ya que de esta manera estamos transgrediendo directamente los mandatos que El dejo para los creyentes, tanto judíos (en nuestro caso cristianos) y gentiles (osea, no conversos). La luz de la palabra pone al descubierto las tinieblas que moran en nosotros, sí; pero esto no significa que Dios haya  dado sus mandamientos para condenación nuestra, no! Por el contrario, El nos mostró nuestro pecado para que nosotros comprendiéramos que la única manera le librarnos de el, es sirviéndole y entregando nuestra vida a Cristo, para ser redimidos del pecado por su sacrificio. De esta manera continua através del capitulo ocho, recordándonos la libertad que tenemos en Cristo, quien nos liberó del pecado. Recordándonos que ahora servimos a Dios en espíritu, dejando la carne a un lado, y controlando nuestra naturaleza pecaminosa.
Todo esto dejando que sea el Espíritu de Dios el que nos guía en nuestro caminar, haciéndonos con esto, herederos de Dios, y también participes del sufrimiento que esto conlleva, como tribulaciones, burlas  demás, animándonos a sufrirlas sabiendo que la gloria que un día veremos, no se compara con esto. Al final de este capitulo ocho, Pablo le recuerda al pueblo romano el poder que se encuentra en nosotros como creyentes, que no es otro sino el poder de Dios, recordándonos que en Dios tenemos la victoria, y a pesar de todos aquellos problemas que nos podamos encontrar en nuestro caminar en Cristo, estamos confiados en el amor que El nos tiene, y, si El con nosotros, quien contra nosotros?
Pero Pablo también muestra otra faceta de si mismo, el dolor que le produce que el pueblo que ha sido llamado a ser el pueblo de Dios, ignore y endurezca su corazón a la voz de dios, y a sus mandatos. Recordando en todo momento a los grandes personajes de las escrituras que se sujetaron a la voluntad divina, y exhortando a ser como el barro en manos del alfarero, que no lucha contra el que lo moldea, sino por el contrario, se deja llevar por las manos sabias que le están dando forma. Y retoma el tema de la fe, recordando que la fe debe de ponerse en practica, obedeciendo los mandatos de Dios, guardando la ley en el corazón, y estrenándola en nuestras obras.

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